Cuando te haces un examen de laboratorio —como colesterol, glicemia o hemoglobina— los resultados siempre vienen acompañados de un rango de referencia, es decir, los valores que se consideran “normales” en personas sanas. Estos rangos ayudan al médico a interpretar si tus resultados están dentro de lo esperado o si podrían indicar algún problema de salud.

Por ejemplo, se considera que el colesterol total “normal” está entre 125 y 200 mg/dL. Si tu resultado es menor a 200, suele interpretarse como adecuado. Sin embargo, no todos los exámenes son iguales ni aplican para todas las personas: la edad, el sexo, la genética, el estilo de vida e incluso el método del laboratorio pueden influir en los resultados.

En algunos casos, como la hemoglobina glicada o el colesterol, existen valores definidos internacionalmente como “puntos de decisión médica”, lo que significa que ya no se usan rangos normales, sino límites establecidos por consenso global.

Es importante tener presente que un valor fuera del rango no siempre significa enfermedad. A veces puede deberse a diferencias individuales o técnicas de laboratorio. Por eso, la interpretación siempre debe hacerla un profesional de salud, considerando el contexto clínico de cada persona.

En Chile, los laboratorios utilizan intervalos de referencia basados en datos de otros países. Sin embargo, nuestra población tiene características genéticas y epidemiológicas propias, por lo que desarrollar intervalos de referencia nacionales permitiría diagnósticos más ajustados a nuestra realidad.

A nivel internacional, la Federación Internacional de Química Clínica y Medicina de Laboratorio (IFCC) impulsa estudios para definir estos valores según cada región. En nuestro país, avanzar en esa línea requerirá la colaboración entre laboratorios, universidades y organismos de salud, con el apoyo técnico del Instituto de Salud Pública (ISP).

Contar con intervalos de referencia chilenos sería un paso clave hacia una medicina más precisa, segura y adaptada a nuestra población, fortaleciendo así la calidad del diagnóstico y el bienestar de todas las personas