El Cáncer Cérvicouterino (Cacu) es la segunda neoplasia maligna más frecuente de la mujer a nivel mundial y representa aproximadamente el 10% de todos los cánceres. Se estima que durante el año 2002 hubo 493.000 nuevos casos de Cacu, y la mayoría de ellos en los países en desarrollo, donde el Cacu es el más letal de los cánceres entre las mujeres.
En Chile, el Cacu ocupa el primer lugar entre los cánceres en mujeres entre 30 y 54 años de edad. En los años 2007 y 2008 fallecieron 638 y 636 mujeres, respectivamente. El Cacu es la sexta causa de muerte en las mujeres, y el primer lugar en tasa de años de vida potencialmente perdidos con 129 por 100.000 mujeres. De acuerdo al Ministerio de Salud, la tasa de mortalidad en los años 2007 y 2008 fueron de 7,6 y 7,5 por 10.000 mujeres, respectivamente; y el 49,7% de las muertes se produjo en mujeres entre 35 y 64 años de edad. La incidencia estimada por el Ministerio de Salud indica que anualmente se producen aproximadamente 1.000 casos nuevos de Cacu.
La infección con VPH es considerada la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en el mundo. En la actualidad está ampliamente demostrado que la infección persistente por algunos tipos de VPH es la causa principal del desarrollo del Cacu. EL VPH se detecta en prácticamente la totalidad de los Cacu y en más del 90% de las lesiones preinvasores de alto grado. El 16% de las mujeres chilenas están infectadas con VPH. En Santiago el 14% de las mujeres, entre 15 y 69 años, están infectadas con VPH; y el 45,1% de ellas infectadas con más de un genotipo. Se han descrito aproximadamente 120 genotipos de VPH, de los cuales 15 se asocian con el desarrollo del Cacu. Estos genotipos se denominan VPH de alto riesgo, destacando entre éstos los VPH-16 y VPH-18. Ambos son considerados particularmente los genotipos de más alto riesgo oncológico porque en conjunto dan cuenta de aproximadamente el 70% de los cánceres invasivos cervicales a nivel mundial.
En mujeres de la Región Metropolitana, entre 15 y 69 años de edad, se ha demostrado que el 12,8% y el 9,1% están infectadas con cualquier VPH y VPH de alto riesgo, respectivamente. También se ha demostrado que el 55,9% de las mujeres con citología normal están efectivamente infectadas con VPH. La Encuesta Nacional de Salud del año 2003 demostró una prevalencia de las infecciones con VPH del 15,6% en mujeres chilenas de 17 a 65 años de edad.
Diagnóstico de laboratorio
Los métodos de biología molecular han permitido ampliar la cobertura de la vigilancia de VPH, estableciendo un diagnóstico de la infección viral más precoz, sensible y específico comparado con el examen de citología cervical o Pap. Con los métodos moleculares se ha demostrado que el 32,6 a 57,1% de los Pap con resultado ASCUS son causados por infecciones de VPH de alto riesgo. Las mujeres con resultados ASCUS y VPH-16 positivas tienen un 31,5% y 20,0% de riesgo de desarrollar neoplasia intraepitelial cervical grado 2 (CIN 2) y CIN 3, respectivamente. Es decir, 1 de cada 7 mujeres con un Pap con resultado ASCUS y VPH de alto riesgo positivo puede progresar a CIN 2 o más. En cambio, 1 de cada 125 mujeres con Pap ASCUS y VPH de alto riesgo negativo puede progresar a CIN 2 o más. Adicionalmente se ha demostrado que el 6,7% de las mujeres con Pap normal o negativo están efectivamente infectadas con VPH de alto riesgo 16 o 18. De estas mujeres, el 10% pueden desarrollar CIN 3 al cabo de 15 meses. Estos resultados señalan la utilidad de introducir el diagnóstico molecular y Genotipificación de VPH de alto riesgo en el diseño de los programa de control de Cacu.
El Laboratorio de Referencia realiza la confirmación del diagnóstico de infección con Virus Papiloma Humano (VPH), mediante métodos de biología molecular de detección por PCR y Genotipificación mediante PCR e Hibridación Reversa en Línea (RLB).