El curso “Protección Radiológica” imparte esta semana el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) a profesionales y técnicos del ámbito público y privado expuestos ocupacionalmente a los riesgos derivados de las radiaciones ionizantes.
La actividad se extiende desde el 24 al 27 de septiembre en el salón de reuniones del Edificio Central del ISP, y es coordinada por la Sección Radiaciones del Departamento de Salud Ocupacional.
El programa está a cargo del Dr. Otto Delgado Ramos en calidad Director Técnico del curso, junto a los docentes (Msc) Niurka Pérez Romo, (Ing) Alfonso Espinoza Leyton, (Tm) Oscar Edding Munizaga y el (TEC) Raúl Madariaga Madariaga.
La malla de temas contempla los elementos básicos de la física nuclear; las radiaciones ionizantes y sus aplicaciones; las principales magnitudes y unidades utilizadas en la protección radiológica; los principios y las acciones de vigilancia radiológica; y los aspectos legales asociados a la protección y la gestión de desechos radiactivos.
Igualmente, el curso aborda los aspectos operacionales de la protección; los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes; y las generalidades e impactos sociales, económicos y en la salud que provocan las emergencias radiológicas.
Respecto a la importancia de abordar este tipo de temáticas, el Dr. Delgado explicó que la protección radiológica “busca garantizar que toda práctica que conlleve exposición a radiaciones ionizantes, se realice con la mayor seguridad, de forma que se pueda minimizar los riesgos de daños a los trabajadores, al público y al medio ambiente”.
Para ello, los principios de la protección radiológica operan a través de criterios de justificación, de optimización y limitación de dosis.
En el primer caso, la justificación busca que las prácticas se apliquen evitando exposiciones innecesarias, y promoviendo garantías para que todo trabajo ofrezca un beneficio neto y evidente.
En tanto, la limitación de dosis fija topes máximos a los niveles de radiación a los que puede estar expuesta una persona, y se subclasifica en tres grandes grupos: exposición ocupacional, que es la recibida a consecuencia y durante el desempeño del trabajo; Médica, que es la que se recibe en el marco de procedimientos diagnósticos y terapéuticos; y la exposición del público, que abarca a todos los demás tipos de casos.
En Chile, los límites de dosis para los trabajadores ocupacionalmente expuestos (TOE) están definidos por vía del Decreto Supremo (DS) N°03/1985 en su artículo 12 del Reglamento de Protección Radiológica de Instalaciones Radiactivas. Este fija los techos de exposición en 5 rem (50 mSv) para el cuerpo entero, gónadas y médula ósea; en 30 rem (300 mSv) para el cristalino; y en 50 rem (500 mSv) para cualquier otro órgano del cuerpo.
No obstante, precisó el Dr. Delgado, se espera avanzar en una regularización legal de los límites de dosis en el país, para elevarlos a la categoría de las últimas recomendaciones de la La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) del año 1990 y 2008.
En cuanto al principio de Optimización, se busca que desde el origen, la planificación, el uso y aplicación de cualquier actividad o práctica con una fuente emisora de radiaciones ionizantes, ésta se haga de forma tal que se asegure el nivel más bajo que razonablemente se pueda usar, teniendo en cuenta factores económicos y sociales.
Vigilancia
Otras de las aristas que impulsa el Departamento Salud Ocupacional del ISP en materia de protección de la salud del trabajador y su entorno, se orienta a la Vigilancia Radiológica. Esta en general se diferencia entre la vigilancia del ambiente (que involucra las zonas de trabajo y las áreas circundantes), y la vigilancia personal.
A través de este aspecto, se promueve la construcción de programas eficaces de protección radiológica, y requiere como condición previa, conocer y evaluar los niveles de exposición en los puestos de trabajo y en las dosis de las personas involucradas en las diferentes prácticas.
“A través de este tipo de vigilancia, se asegura que ni el trabajador ocupacionalmente expuesto, ni el público que interactúa, reciban dosis innecesarias ni superiores a los límites recomendados”, añadió el especialista.
Para ello, respecto de los trabajadores, la salud ocupacional recurre a la dosimetría, técnica o procedimiento que permite determinar los niveles de exposición y dosis que son necesarios para una correcta acción de vigilancia.